domingo, 3 de mayo de 2009

Caricias de Fuego


Caricias de Fuego

Lava de pasión derramaste sobre mi
ahogante tentación sembré en ti
eres fuego imparable al amar
llamas que solo buscan quemar

Acariciaste el fuego de mi tempestad
fuiste una ardiente y mortífera necesidad
susurraste y ensordeciste mis oídos
tocaste y quemaste mis reflejos

En tu cuerpo como hoguera ardí
en tu mente como flor nací
Eres escoria de la soledad
eres cuerpo en fe de maldad

Ardiente pasión recibí
quemarte en amor decidí
Caricias de fuego que queman tu piel
Caricias de fuego y tus besos de miel

Desplazaste lejos la ansiedad
con tu ardiente y rauda frialdad
implantaste fuerte debilidad
sangraste clemente crueldad

Matizaste los mosaicos de ilusión
dominaste, oprimiendo mi razón
quemaste encendido mi corazón
mataste con una cruel traición

Incrustaste sueños y deseos
besaste como rojos cerezos
amargaste como el tiempo
drogaste lo que por ti siento

Caricias de fuego quemando tus sueños
caricias de fuego consumiendo tus deseos
Comiste de los frutos de mi tiempo
bebiste el frío sudor de mi cuerpo

Fuego que sigue consumiéndome
palabras que siguen diciéndome
mentiras que jamás serán realidad
mentiras que jamás serán verdad

Caminaste sobre mi
y yo perdido y ahogado en ti
me enseñaste tu dualidad
me mostraste la felicidad

Enredaste mi pensar
aplastaste mi desear
Acariciaste el fuego de mis dedos
marcaste las cenizas de mis besos

Miraste un horizonte irreal
clavaste una razón visceral
tentaste mi calido interior
sangraste mi frío exterior

Manchaste el mantel de la pureza
tirando tu copa de vino con torpeza
derramaste la agria dulzura
arrastraste mi ser en amargura

Desenfocaste en seducción
mataste con traición
igualaste la reciprocidad
aumentaste la tempestad

Te quemaste con mi luz
te cegaste con mi paz
Defraudaste mi existir
me enamoraste y no pude resistir

Caricias de fuego buscando perdón
ocultas en el mar de la traición
Caricias de fuego apagando la ansiedad
entre pasiones de perpetua inmensidad

Salvaste arduamente mi serenidad
quebrantaste con mi oscura debilidad
simulaste el sueño mas perfecto
fuiste mi amante mas discreto

Confiscaste mi solidaridad
deportaste la generosidad
lejos de tu atenta cualidad
de ser tratado con frialdad

Diste un tiro en el blanco exacto
traspasaste mis entrañas con tu acto
Sangraste en hipocresía
despreciaste todo lo que hacia

Nublaste el cielo de mi orgullo
opacaste el sol de mi refugio
crucificando mi pasiones
desollando mis temores

Pisaste fuertemente lo absurdo
en tus lagos de fuego desnudo
reduciendo mi voz a un tenue balbuceo
oprimiendo en palabras agrias mi deseo

Tu ira fue sembradora de tristeza
germinándola incasablemente en mi cabeza
tu música asesinó a mi escuchar
tu voz me logro profundamente hechizar

Deliraste tu inclemente locura
en los ríos de la perpetua ternura
contaminando así mi elixir de sueño
destruyendo fuertemente con mucho empeño

Brillaron tus ojos como dos luciérnagas
en lo noche clara donde te gritaba a ciegas
perdí la fuerza con el veneno de tu aliento
y enmudecí instantáneamente al escuchar tu acento

Sangraron tus labios con mis besos
te despoje de tu corazón con mis dedos
Tu alma muerta en suelo está
Sueños que tu cabeza aplasta

Caricias de Fuego que te atrapan
Besos venenosos que te matan
Vida que se convierte en muerte
Porque es la única manera de tenerte eternamente

Sin llorar ni ladrar penas
Sin poder recordar horas amenas
Donde se consumen nuestras memorias
cuando los amantes se vuelven escorias

Mariposa siniestra abriendo sus alas
para con su volar hacer las cosas malas
posando sus deseos en flores marchitas
y la cruda arrogancia con la que levitas

Caricias de fuego que tu llanto apagó
fuego que tu alma consumió
Ya no hay mas flamas que sedan
Ahora solo cenizas quedan

¿Porqué seguir soñando con el fuego que jamás volverá a quemar, y seguir consumiendo las miradas tras una pasión errada?


Autor: Miguel Ángel Minero Hibert

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